Logorama es un corto animado a cargo de un estudio francés llamado H5. Este se sitúa en un universo donde cada objeto está compuesto por un logotipo: personas, animales, plantas, etc. El cortometraje ha ganado una serie de premios por su manera creativa de incorporar más de 2500 símbolos para crear un mundo entero.
Empezamos con una toma la ciudad de Malibú: los peatones son el logotipo de AIM y las mariposas el de MSN. Aquí conocemos a nuestros primeros protagonistas, dos policías sentados en su patrulla representados por Bibendum (conocido principalmente como el Hombre Michelín). Inmediatamente identificamos al estereotipo del policía gordo que ocupa su tiempo comiendo chatarra.
Además de él está una chica Esso y el niño de Big Boy, eso sin mencionar el sin fin de personajes secundarios como Mr Clean o el señor de Pringles. De repente, la radio de los policías nos presenta al antagonista de la historia: Ronald McDonald. Después de toda la mala reputación que ha recibido por documentales como Super Size Me, no es nada raro imaginarse a Ronald McDonald como el villano por excelencia.
Este secuestra a Big Boy: una franquicia de comidas rápidas gigantesca toma por rehén a una que ya ha quedado en bancarrota. Esto desenvuelve en una persecución policial, que deja de ser la atención una vez que se presenta la verdadera amenaza del relato: un terremoto masivo que está partiendo la tierra en dos.
Del suelo empieza a brotar petróleo, y pronto este empieza a ser un problema. Rápidamente el petróleo empezó a envolver todo y la ciudad quedó totalmente inundada. Esta es una metáfora bastante clara que nos da a entender qué se quería comunicar con el estilo artístico que había sido escogido.
Toda la acción del corto era simplemente para llamar la atención, pero el verdadero significo yace en que vivimos tan rodeados de logotipos que prácticamente nos estamos ahogando en ellos. Si entendemos al petróleo como la publicidad, nos damos cuenta que ambas son actividades con alto potencial económico pero ambas vienen con su serie de consecuencias negativas; principalmente que el petróleo contamina el medio ambiente pero también la publicidad causa contaminación visual.
Posteriormente empezamos a oír una canción conforme nos muestran los créditos. Se repite la frase “I don’t want to set the world on fire, I just want to start a flame in your heart”. Como publicistas, muchas veces queremos crear conciencia de una marca, una causa, etc, pero pocas veces nos detenemos a pensar que el diseño gráfico verdaderamente puede transformar el mundo que nos rodea.
HABLANDO DE RONALD McDONALD…
Si bien el corto anterior retrataba al payaso de los arcos dorados como un psicópata, su propia empresa está haciendo todo lo posible por reafirmar que su concepto es el amor. Partiendo de I'm Loving It, la marca evolucionó hacia Choose Lovin’ que es su nuevo slogan (pero sin haber abandonado el anterior todavía). De la misma manera que Coca-Cola quiere vendernos felicidad, McDonalds quiere vendernos amor, y así lograr que sus consumidores se sientan queridos por la marca.
El anuncio principal muestra a una serie de rivales que logran hacer las pases gracias a la magia de McDonalds. Nos encontramos a Batman junto al Guasón, a Mario junto a Bowser, al Coyote junto al Correcaminos, y así sucesivamente.
La renovación está a cargo de Leo Burnett, y además de este anuncio hay otra gran serie de anuncios. Muchos buscan que la compañía sea más abierta para desmentir muchos mitos sobre cómo se preparan los alimentos, pero uno en particular cautivó mi atención.
El anunció empieza pidiéndonos a los vegetarianos apartar la vista, y obviamente la curiosidad no pudo conmigo. El anuncio alardea de que una Big Mac es mejor que cualquier hamburguesa con quinoa y kale, pero yo estoy dispuesto a debatir que mis hamburguesas de quinoa son mucho mejores que cualquier cosa en su menú. Evidentemente, no soy su público meta.
Por ahora McDonald’s seguirá vendiendo amor y el resto del mundo lo seguirá retratando como un homicida maniático.
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